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INFECCIONES EN LA INFANCIA PUEDEN PROVOCAR INTOLERANCIA A LA LACTOSA

  • Afecta principalmente a niños a partir de los 5 años de edad.
  • Se caracteriza por distensión abdominal, ruidos intestinales intensos y diarrea explosiva.
  • Normalmente se resuelve al retirar de la dieta todos los productos lácteos.

Foto Comunicado 548Baja, California- La intolerancia a la lactosa es un síndrome que afecta principalmente a niños a partir de los 5 años de edad; provoca diarrea generada por la mala ingestión de la lactosa (azúcar de la leche), explicó la doctora María Elena Silva Solís, coordinadora de Pediatría del Hospital de Ginecopediatría y Medicina Familiar (HGP) número 31 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Explicó que un niño puede volverse intolerante a la lactosa si una infección o una reacción alérgica dañan el intestino delgado, lo que causaría una escasez en la producción de lactasa, enzima producida por el intestino para sintetizar la lactosa.

Al no poder digerir el azúcar de la leche, ésta pasa directamente al colon ahí las bacterias la fermentan y producen cambios osmóticos, gases y ácidos grasos de cadena corta, esto explica el porqué del contenido tan alto de agua en las evacuaciones de los niños, así como de ácidos, gases y lactosa.

“Un cuadro clínico de este tipo se caracteriza por distensión abdominal, ruidos intestinales intensos, flatulencias, cólicos, diarrea líquida y explosiva; náuseas y vómitos, entre otras manifestaciones, como la acidez en las heces que llega a provocar enrojecimiento en la región perinatal”, agregó la pedíatra.

Asimismo, refirió que este padecimiento puede ocurrir prácticamente a cualquier edad y en niños de cualquier grupo étnico, aunque es extremadamente raro padecerla desde el nacimiento. La intolerancia a la lactosa se vuelve más frecuente a partir de los 5 años de edad.

En estos casos generalmente se puede realizar un diagnóstico acertado por medio de su historial clínico y la exploración física del niño, sin embargo; ante la duda se pueden realizar otras pruebas o estudios complementarios que permitan indicar el tratamiento adecuado.

Normalmente se resuelve el problema el retirar de la dieta por dos semanas todos los productos lácteos, después de este período, se puede re-introducir la leche en pequeñas cantidades y estar atentos a los síntomas.

Dado que la leche es el principal alimento de los bebés en los primeros meses de vida, la alternativa de restringir la lactosa no debe limitar el consumo de los nutrientes necesarios para preservar la salud del niño y promover su crecimiento normal, indicó Silva Solís y recomendó, independientemente del tratamiento a seguir, vigilar el estado de hidratación y de ser posible continuar con el seno materno.

Finalmente la pedíatra añadió que en caso de que el menor requiera una dieta sin lactosa, existen muchos productos que se puede conseguir en los mercados, tales como queso, leche y helados sin lactosa, así como substitutos de la leche.