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LA ADUANA DE MÉXICO ES LA PEOR DEL MUNDO: CANDY CROEGER

/ Redaccion TInformativo /
  • “La Fundación altruista ha hecho donaciones en 75 países y en 74 nos dan todas las facilidades”.

sillas 5Por Raúl Law Z.

Mexicali, Baja California“La aduana de México es la peor del mundo, porque mientras la fundación ha dado donaciones en 75 países, entre ellos China, Rusia, Mongolia, Vietnam, Tailandia, Nicaragua, el salvador, Guatemala y Costa Rica, donde nos dan todas la facilidades; en México tenemos muchos problemas, al grado de amenazarnos con confiscarnos las sillas de ruedas que traemos para donar a personas enfermas con discapacidad motriz” así lo afirma en entrevista Candy Croeger de la fundación Wheels for Humanity, quien durante 10 años ha estado donando sillas de ruedas a personas de escasos recursos de Mexicali y el sábado 14 de noviembre alrededor de 150 niños y adultos de Mexicali y su Valle, además del municipio de Tecate, se vieron beneficiados en el auditorio de estado.

En esta ocasión, los contactos al igual que otros años fueron el exdiputado federal David Pérez Tejada y la diputada Cinthia Selene Ruiz Ramos, y la difusión fue a través del grupo Intermedia, canal 66, Organización Radiorama y el Club Rotario Centinela.

En el evento estuvieron presentes la diputada federal Nancy Sánchez Arredondo, las regidoras Alicia Martínez y Brenda Castro, Claudia González de Moreno, Presidenta del DIF Tecate, el expresidente municipal francisco Pérez Tejada, el doctor Federico Hernández y Sandra Becerra por el canal 66 y Alejandrina Saguchi, por Organización Radiorama.
Tras señalar que a los malos tratos ha imperado la voluntad de ayudar a la gente pobre y enferma que carece de recursos económicos para comprarse una silla de ruedas Candy afirmo:

“La Aduana nos pone muchas trabas, yo no sé porque hacen eso, en Tijuana fuimos hace 3 meses y nos hicieron descargar el tráiler, trayendo permiso y todos los documentos en regla, imagínese, el personal se tarde más de 4 horas en cargar el camión; en esa ocasión traíamos 7 bastones de más y nos amenazaron que nos iban a confiscar la mercancía; finalmente, ellos bajaron las sillas y a nosotros nos cobraron para volver a cargar el camión”.

Pensativa se remonto a 2 décadas a una comunidad de Nicaragua:

“Transitando en un vehículo, por un camino de Nicaragua, le pregunte al presidente de la fundación, sobre cuando íbamos a México, yo iba de intérprete, porque no habla español, él me respondió que en México, la aduana era un problema para donar y ayudar a la gente pobre. Aun con esa advertencia, yo le pedí que me dejara intentarlo, porque soy de origen mexicano; sin embargo, a veces mi tolerancia y paciencia han estado a punto de agotarse, pero también he sido terca, para brincar los obstáculos”.

Señalo que él tenía razón, pues al igual que en otras ocasiones, hoy le contaron que hubo problemas, pero aclaro que no tenía los detalles, porque no le toco hacerse cargo del cruce de las sillas. “A mí me desilusiona ver que la autoridad aduanal no puede distinguir a un contrabandista del personal de una fundación altruista; sobre todo, ahora que tienen equipos para revisar sin descargar los camiones, todos los que venimos somos voluntarios”… “Ninguno tenemos sueldo”.

Finalmente, tras informar que en esta ocasión recibieron el apoyo de estudiantes de Loma Linda University School of Medicine y Rancho los Amigos National Reabilitation Center, para ajustar de manera personalizada cada silla de ruedas, lo dijo así de claro:

“Les hago un llamado a las autoridades mexicanas para que tengan más consideración con las fundaciones que trabajan otorgando donaciones para la gente mexicana; sobre todo, que venimos a apoyar a gente pobre, y ellos dicen que trabajan para combatir la pobreza”, puntualizo.

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